
MERCADO CENTRAL
Avda. César Augusto

CUENTOS DE SAN CAYETANO
José Antonio Labordeta
Editorial Xordica
CITA
Página 92
Por aquellos años de la década de los cincuenta, en verano Zaragoza olía a barro y a cloaca. Todo el olor que venía desde el Ebro traía el pestazo del barbo terroso y lo que subía desde los sótanos del Mercado Central llegaba con una mezcla de bodega, frutas desechadas y pescados «cántabros» abandonados a la lujuria de las siestas estivales. Para sobrevivir a aquellos veranos realmente crujientes y adosados a la piel brutal de un sol implacable, las gentes tenían las piscinas societarias, el río Ebro con sus islotes desbordados por las pieles semicalcinadas de los bañistas naturistas y, adosados a la pared oriental del Centro Natación Helios, los Baños Públicos del Ayuntamiento con su edificio copiado a imagen de las residencias señoriales de la América sudista.
UBICACIÓN
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